domingo, 27 de abril de 2014

La Virgen del Pilar (y su réplica en peluche) :D

Hoy quiero dedicarle este post a la "Virgencica" más querida de nuestra tierra, La Virgen del Pilar.

La información está sacada de la web Pilarin.es donde podéis ver unos peluches muy monos de la misma ^^ . En dicha página encontraremos alguna curiosidad histórica, yo incluyo en este post las dos que más me han gustado, una respecto a los mantos y la otra respecto a su peculiaridad.


En una catalogación que se hizo en 2003 eran 410, pero hay que tener en cuenta que no se han dejado de regalar, con lo que el número sigue aumentando. Los hay de todo tipo, desde los más ricos a los más sencillos, de los regalados por miembros de la familia real a los que dejaron donantes anónimos, de los más tradicionales a los más originales, como uno de ganchillo o el que regaló el Grupo Zaragozano de Papiroflexia, confeccionado con más de 1.500 pajaritas de papel unidas sin pegamento ni celo.

Todos los mantos tienen la misma forma y dimensiones, para colocarse encima de un portamantos sujetos con cintas. En cuanto a los colores, se intenta que se adapten a los colores litúrgicos: blancos, verdes, morados, azules o rojos. Se cambian cada día y, en ocasiones, más de una vez. Eso sí, muchos de ellos tienen días concretos, en relación con la festividad que se celebra, con el donante que lo regaló o con el color litúrgico que corresponda.

El manto se ve como algo unido indisolublemente a la imagen que tenemos de la Virgen del Pilar, tanto que al acto de presentar a los niños a la Virgen (algo muy habitual, hasta que hacen la primera comunión) se le llama tradicionalmente “pasar por el manto“. Son los infanticos los encargados de acompañarlos.
Esa proximidad del manto a la columna y a la Virgen del Pilar hace que se les atribuya cierto carácter “milagroso”. Todavía hoy se puede ver en algunas esquelas la frase “Murió bajo el manto de la Virgen del Pilar“, aunque hoy es un privilegio que tienen los caballeros y damas de la Corte de Honor de la Virgen y algunas personalidades (el papa Juan XXIII, por ejemplo, o Alfonso XIII, que murió en Roma bajo el manto que envió el Cabildo, que lo volvió a mandar años después a Lausanne cuando murió la reina Victoria Eugenia). De hecho, ya a principios del siglo XVII las peticiones de mantos para los enfermos eran tan abundantes que se crearon las “medidas de la Virgen“, las famosas cintas, cuya función era precisamente esa, suplir al manto a la hora de la muerte.

¿Cuándo no lleva manto la virgen del pilar?

Por cierto, ¿por qué hay veces que la Virgen del Pilar no lleva manto? Pues muy sencillo: todos los días 2, 12 y 20 no lo lleva. El 2, porque según la tradición la Virgen vino a Zaragoza el 2 de enero del año 40 d.C. El 12, porque la dedicación del templo fue un 12 de octubre. Y el 20, porque la coronación canónica de la Virgen del Pilar fue un 20 de mayo. Así pues, todos los 2, 12 y 20, excepto el 2 de enero, el 12 de octubre y el 20 de mayo se puede ver la columna, o más bien el forro de plata que la cubre.


Existen tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras:

1- Se trata de una venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de las otras apariciones, la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina: ¨Con ninguna nación hizo cosa semejante", cantará con razón la liturgia del 2 de enero, fiesta de la Venida de la Virgen.

2- La Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que, sobre él, se construyera la primera capilla que, de hecho, sería el primer Templo Mariano de toda la Cristiandad.

3- La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de la patria española.

El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los pueblos sujetos a Fernando el Católico, se celebraba la dicha de haber tenido a la Madre de Dios en su región, cuando todavía vivía en carne mortal.

A los que os haya gustado este post os invito a leer este otro que escribí hace tiempo y que puede resultar de vuestro interés.